Profr. Federico Guajardo García, elaborando el tradicional Altar de muertos
La celebración mexicana de El Día de los Muertos, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el siete de noviembre del 2003, es quizás una de las fiestas de mayor arraigo de la identidad cultural mexicana. Es una tradición prehispánica milenaria; totonacas, purépechas, nahuas y mayas, celebraban a sus muertos desde hace tres mil años, según vestigios arqueológicos.Hoy en pleno Siglo XXI, el dos de noviembre es un día de colorido, calaveras y altares de muertos que se convierten en verdaderas obras de arte.
EL ALTAR DE MUERTOS
El altar de muertos es toda una composición estética en el que los elementos visuales juegan un papel importante, además de la intención, ya que es una de las tradiciones mexicanas en la que se honra la memoria de los muertos.
Básicamente un altar es una mesa, tarima o incluso una habitación completa en la que se ubican flores, Pan de muerto, comida, fotografías, caña de azúcar, veladoras, papel picado, la cruz de sal y las calaveras de dulce e incluso detalles que le gustaban al homenajeado, hacen parte de la ofrenda.
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