Este mes se celebra el Día Internacional de la Mujer, y como cada año se escuchan estadísticas sobre educación, empleo, violencia, y discriminación.
El género femenino mantiene una lucha constante para obtener equidad y cada día se suman logros para construir una sociedad más justa en todos los ámbitos. Sin embargo, hay mucho por hacer.
De acuerdo con datos de Inegi, la escolaridad promedio de la mujer mexicana ronda los 8.5 años, es decir que no ha concluido la secundaria. La participación de la mujer en el terreno laboral todavía se encuentra muy rezagada en comparación con los varones. Mientras 77 de cada 100 hombres trabajan, solo 43 de cada 100 mujeres tienen una actividad económica.
Una de las claves fundamentales para lograr la equidad de género sin duda consiste en más y mejores oportunidades laborales para las mujeres, que les permitan participar en la economía, obtener recursos propios y lograr autonomía.
Actualmente en México 30.7% de los hogares son sostenidos por mujeres. Además hasta 2010 el 70.9% de los hogares tenían por lo menos una mujer que percibía ingresos. La mujer está participando cada vez más en la toma de decisiones, la vida laboral, la economía y la educación, pero enfrenta retos muy específicos que obstaculizan un desarrollo igualitario.
¿Trabajo o familia? La familia y el éxito profesional son dos escenarios a los que aspira la mujer moderna, la gran pregunta es ¿puede tener ambos? Para algunas personas el hecho de formar un hogar y tener hijos limita el desarrollo profesional de la mujer. En la otra cara de la moneda, el éxito profesional puede reducir las posibilidades de formar una familia. Pese a la opinión colectiva hay mujeres que logran el éxito en ambos terrenos, pero las circunstancias son diferentes para cada persona.
Toda decisión, ya sea laboral o personal tiene una consecuencia negativa y otra positiva, hay que eliminar el miedo a decidir, evaluar de manera profunda las ventajas y desventajas de nuestras decisiones y plantear metas y objetivos firmes.
Tareas domésticas: horas extra. De acuerdo con indicadores de Inmujeres mientras los hombres dedican alrededor de 15 horas a la semana a las actividades domésticas, las mujeres invierten más de 42 horas semanales a tareas del hogar.
Esta cifra deja en claro que el trabajo de casa sigue siendo más obligación femenina que masculina. Todavía no se logra un equilibrio justo en actividades como hacer de comer, lavar ropa, aseo de la casa y cuidado de los niños, cuyo mayor peso recae en la mujer.
Las mujeres también deben asumir su responsabilidad en este punto, ya que es parte del reto como madres de familia, fomentar un reparto más equilibrado de las tareas domésticas entre sus hijos de diferentes sexos, con el objetivo de involucrar más a los varones en las tareas del hogar.
Discriminación laboral. El sector femenino ocupa el 40% de los puestos en las empresas, de acuerdo con cifras de Conapred. Sin embargo, Ricardo Antonio Bucio Mújica, titular de la institución, afirma que existe una grave desigualdad respecto a seguridad social, puestos directivos e ingresos. Las mujeres tienen menos oportunidades y menores salarios.
Con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2010, se estima que los salarios de las mujeres están, en promedio, 8.2% por debajo de los salarios de varones.
Culturalmente se sigue pensando en la mujer como la responsable del hogar, y en el hombre como el proveedor, sin embargo, el acceso a la educación ha fortalecido el interés de las mujeres jóvenes de concluir sus estudios. En México la tasa de graduación de estudios universitarios en mujeres es más alto que en varones; 21% de las mujeres se gradúan frente a un 18% de los hombres.
Pese a ello las oportunidades siguen siendo limitadas. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo advierte que sólo del 2 al 3% de los puestos de alta dirección en grandes empresas son ocupados por mujeres. La discriminación de género sigue latente en México.
¿Qué hacer?
Busca el equilibrio. No es fácil ser responsable de una familia y además tener que generar ingresos. Por ello hay que buscar el mejor equilibrio posible y obtener ayuda de la familia para dedicar a ambas tareas el tiempo pertinente.
Prepárate. Las mujeres han ganado terreno en el ámbito educativo, factor que ha permitido que su participación laboral crezca. En México hay más de 7 millones de personas que no estudian ni trabajan, 75% son mujeres. Sin duda muchas de ellas permanecen ocupadas en las tareas domésticas y crianza de los hijos. Sin embargo, la elección de la mujer de permanecer en el hogar no debe ser permanente. Una mujer que logra obtener estudios y un empleo es capaz de brindar una mejor educación a sus hijos e inicia un círculo virtuoso en la familia. La educación y el trabajo dan a la mujer más y mejores armas para tomar decisiones en el hogar y en su comunidad, además les otorga mejores condiciones para evitar el abuso o la violencia.
No seas tímida con tus habilidades. Las mujeres son educadas para ser amables, conciliadoras, menos arriesgadas, evitar el conflicto y las confrontaciones, sin embargo, esta actitud pasiva puede estar frenando tu desarrollo profesional. Las mujeres deben atreverse más a expresar puntos de vista, fortalecer su seguridad y demostrar su capacidad de hacerse cargo de nuevas responsabilidades.
Conoce tus derechos ¡y defiéndelos! Existen instituciones gubernamentales que se encargan de orientar a las mujeres cuando son víctimas de violaciones a sus derechos laborales y constitucionales. Conócelas e infórmate:
Conapred: Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación
CNDH: Comisión Nacional de Derechos Humanos
Profedet: Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo
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