La educación privada nunca ha sido ni será mejor que la pública, afirmó la ex dirigente estudiantil chilena Camila Vallejo Dowling, ante un auditorio de más de 3 mil estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, a quienes invitó a no permitir que la política neoliberal y privatizadora de la enseñanza se extienda por México.
La ex dirigente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile llamó a los jóvenes poblanos a
no protestar por protestar, porque se trata de determinar si la actividad política o social que cada quien realice tiene un rumbo claro, y si ésta puede incluir a otros sectores de la población.
Subrayó que en Chile sólo 10 por ciento de las universidades son públicas, y el resto se caracteriza por ser instituciones privadas que lucran con los estudiantes, quienes adquieren enormes deudas a lo largo de sus estudios y egresan sin la posibilidad de obtener su título profesional.
Más de 20 mil jóvenes se encuentran en esa situación. Debemos desechar la idea de que entre más cara, la educación es mejor, afirmó.
La hoy candidata del Partido Comunista a diputada por la región de La Florida, Chile, dijo que algunas de las universidades de su país fueron privatizadas por los gobiernos posteriores a la dictadura militar, y ahora no hay más pues fueron cerradas;
un auténtico fraudeen aras de la rentabilidad; se enfocaron más en la
tiza y el pizarrónque en todo lo que hay alrededor de la educación universitaria.
Enfatizó que a muchos de estos estudiantes ni sus padres los pueden ayudar, porque millones de hombres y mujeres que en la década de los 90 ingresaron al sistema de pensiones –similar al que existe en México– se jubilaron sin las condiciones mínimas para sobrevivir, y menos para pagar una deuda universitaria hasta de 15 años.
Sin embargo, subrayó que la gratuidad de la educación tampoco resuelve todos los problemas, como tampoco es garantía de que realmente pueda llamarse
pública. En esa tesitura propuso el rescate de tres elementos que, a su criterio, son los que le dan ese carácter de pública a la enseñanza, para que sea de calidad y cumpla su función dentro de la estructura social.
El primero, manifestó, es que deber ser abierta a todos los segmentos de la población, permita la integración social y la escuela sea el espacio de convivencia y conocimiento de la diversidad.
Donde convivan el hijo del pobre, del rico; donde puedan expresarse distintas visiones.
El segundo es que las escuelas deben ser lugares donde se practique la democracia interna.
No sirve de mucho la gratuidad si no puedo fiscalizar cómo se utilizan las cuotas escolares, que a veces no van al proceso formativo. Se requiere la participación de todos.
El tercero es que las universidades y escuelas públicas deben ser pluralistas, donde quepan todas las corrientes del pensamiento y no se censure. En las escuelas privadas de Chile está prohibido que las bibliotecas contengan las obras de Marx y Hegel, ejemplificó.
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