Descarta Gabriel Cámara mejoras con prueba estandarizada
Laura Poy Solano. Periódico La Jornada. Lunes 26 de agosto de 2013, p. 10
La transformación del sistema educativo nacional no vendrá de la
aplicación de pruebas estandarizadas ni de decisiones burocráticas. El cambio
debe partir de abajo hacia arriba, con una relación maestro-alumno que sea auténtica, no porque te lo mandan o se deba preparar una evaluación, si no porque tienes deseos de aprender, afirma Gabriel Cámara Cervera, fundador de Convivencia Educativa AC.
Experto en educación y pionero en el desarrollo de un modelo de formación denominado
comunidades de aprendizaje, en el que se privilegia la confianza hacia docentes, estudiantes y su capacidad para enseñar y aprender, destaca que desde 1996 impulsa ese proyecto innovador en las escuelas de educación más pobres del país. Aquellas que dependen del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), y desde 2004 en telesecundarias.
La propuesta, que consiste en que el profesor sólo enseñe lo que domina muy bien y que el alumno escoja genuinamente lo que desea aprender, con el propósito de alcanzar la habilidad para aprender de forma independiente, se instrumentó desde hace cuatro años en más de 400 telesecundarias de 14 estados. En 2010 se aplicó en los 9 mil planteles donde se obtuvieron los resultados más bajos en la
Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (Enlace).
Cámara Cervera considera que involucrar de manera directa al docente y al alumno, donde se les da la libertad de elegir qué aprender, ha generado un
verdadero movimiento social, porque su fuerza está en la base, pues se trata de recuperar la relación entre una persona que quiere aprender y otra que desea enseñar.
Ex director del programa de posprimaria del Conafe y coordinador académico de la Estrategia Integral para la Mejora del Logro Educativo de la Secretaría de Educación Pública en la pasada administración, destaca que un aspecto clave del modelo, galardonado por el Programa para Promover la Reforma de la Educación Básica en América Latina y el Caribe (Preal),“ha sido demostrar en la práctica que aquello que proponemos funciona.
“Vamos a las escuelas –explica–, damos tutoría al maestro sobre lo que sabemos, no sobre lo que dice el programa (educativo), y pedimos que él haga lo mismo con sus alumnos, y éstos con sus propios compañeros. Así, se busca establecer una relación tutora y una comunidad de aprendizaje.”
–¿Cómo nació ese proyecto?
–De una experiencia personal. Fui un estudiante muy malo. Reprobaba materias,
copiaba, me iba de pinta, hasta que un compañero con el que jugaba y hacía
travesuras me dijo: ¿Quieres que te enseñe geometría? Y me enseñó en una
relación tutora. Me ofreció algo que él sabía y a mí me interesó. Eso cambió mi
vida, porque antes de esta experiencia mi impresión de la escuela era la
soledad, el abandono.
–¿Es posible llevar esta experiencia educativa a un sistema que satura las
aulas y da poco margen de libertad al docente?
–Si se considera a los 55 alumnos como un problema, quizá no. Pero si a cada
uno lo vemos como un maestro potencial, es posible. Cuando debes demostrar que
lo que sabes puede formularse de una manera que otro te entienda es cuando más
aprendes, porque te obliga a entender a su modo y rehacer tu saber.
Al trabajar con los maestros en esta relación tutora, lo que más les sorprende es que alguien por primera vez los toma en cuenta. Ellos sienten que no son personas de confianza, por lo que tampoco les confían a sus estudiantes decidir qué quieren estudiar y a qué paso.
–¿Entonces, cómo impulsar este cambio en las aulas?
–El cambio viene solidariamente, de ahí la importancia de crear las redes de
tutorías. Cuando llegamos a una telesecundaria le pedimos al docente que escoja
aprender bien algunos temas y que los ofrezca a la libertad de cada estudiante
para que éste elija un tema que despierte su interés y avance a su paso. Y una
vez que domine el tema, lo puede enseñar a otros. Se trata de desafiar al
maestro y al alumno, generar su interés para que construyan sus respuestas.
–Ante un proyecto como las comunidades de aprendizaje, ¿qué impacto podría
tener la reforma educativa que se busca aplicar?
–Su pobreza se ve en que se centra en la evaluación. Es una reforma
superficial. En el terreno laboral se busca tener más control. Se podrán quitar
algunos excesos del sistema, como la venta de plazas, pero centrar el cambio en
la evaluación está mal.
Estados Unidos, de donde copiamos estos modelos, está abandonando la evaluación estandarizada y los modelos de privatización de la educación, como la escuela chárter. Se comprobó que no son mejores que las públicas, pero nosotros vamos con retraso, aún lo queremos imitar. Ese es el riesgo.
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