Excélsior | Por Leticia Robles de la Rosa
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de agosto.-
Senadores, diputados federales e integrantes del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) llegaron al acuerdo de que el sistema nacional de evaluación educativa debe tomar en cuenta el nivel económico de los maestros y las condiciones físicas y de materiales educativos que tengan las escuelas, para que la valoración que se haga permita dimensionar y corregir la realidad del sistema educativo en todos los puntos del país.
Así lo establece el documento de trabajo para crear la Ley del INEE, del cual Excélsior posee copia y en el que se establece que la evaluación será un “proceso diálogo”, que se utilizará para elevar la calidad educativa y mejorar las condiciones físicas de las escuelas.
Tal como lo informó Excélsior los pasados 21 de abril y 15 de mayo, los senadores del PRI, PAN y PRD acordaron con los representantes del INEE y de la Secretaría de Educación Pública que la evaluación será regional, porque no se puede medir igual a desiguales.
Pero en el proyecto de la Ley del INEE, que está en la construcción de consensos, precisa que el subsistema de evaluación permitirá conocer mejor a los docentes, incluido el nivel social y económico que tienen.
El subsistema de evaluación “igualmente contribuirá con información e indicadores sobre atributos de los docentes: rasgos de la formación profesional inicial y en servicio, nivel de logro de las evaluaciones que se relacionen con el servicio profesional docente del sector público, así como características del desempeño profesional de grupos de docentes, según distintos criterios de clasificación que para ello se definan, incluyendo los contextos demográfico, social y económico de los trabajadores de la educación”.
En tanto, el subsistema de evaluación de los alumnos “contribuirá a generar información e indicadores sobre atributos de los educandos, tales como el logro de aprendizajes, el estado cualitativo y cuantitativo de conocimientos, hábitos, habilidades, aptitudes, actitudes y destrezas, así como sus características sociodemográficas, lingüísticas y culturales”.
Por su parte, el subsistema de evaluación de instituciones educativas “contribuirá a generar información e indicadores relativos, entre otros, a los recursos humanos, materiales y financieros con que cuentan los centros educativos, así como a los que se refieran a los procesos pedagógicos y de gestión que en ellos acontecen”.
El documento de trabajo de la Ley del INEE plantea, también, que “la evaluación del Sistema Educativo Nacional que lleven a cabo el instituto y las autoridades educativas será un proceso de diálogo, sistemático, integral, obligatorio y permanente.
“Esta evaluación deberá considerar los contextos demográficos, social y económico de los actores y agentes del sistema educativo; los recursos humanos e insumos materiales y financieros destinados a éste y las demás condiciones que intervengan en los procesos de enseñanza-aprendizaje”.
Añade que “la evaluación sobre el tránsito de los alumnos de un grado, nivel o tipo educativo a otro, sobre la certificación de egresados, sobre la asignación de estímulos o cualquier otro tipo de decisiones sobre personas o instituciones en lo particular, serán competencia de las autoridades educativas federal y locales, conforme a sus atribuciones”.
Deja claro, a lo largo del texto, que la evaluación será un insumo para que las autoridades federal, estatales y municipales conozcan los niveles de calidad educativa, las condiciones físicas de los planteles educativos y, con los indicadores que genere, trabajen por su mejora permanente.
Precisa que el Sistema Nacional de Evaluación Educativa es un conjunto orgánico y articulado de instituciones, procesos, instrumentos, acciones y demás elementos que contribuyan al cumplimiento de sus fines, establecidos en la Constitución y en esta misma ley.
Entre sus fines está “contribuir a garantizar la calidad de los servicios educativos prestados por el Estado, sus organismos desconcentrados, descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios.
“Formular política integrales, sistemáticas y continuas, así como programas y estrategias en materia de evaluación educativa; promover la vinculación y congruencia de los planes, programas y acciones que emprendan las autoridades educativas con las directrices que, con base en los resultados de la evaluación, emita el instituto”, agrega.
Contrastes
El INEE publicó, en 2012, datos sobre las particularidades de los estudiantes, profesores y directivos de escuelas de educación superior.
Alumnos de 3º de Primaria
La edad promedio es de 8.8 años.
El 63.6% contaba con alguien siempre al pendiente de cómo le iba en la escuela.
El 22.4% repitió, al menos, un grado escolar.
El 70.7% tenía en casa libros diferentes a los escolares.
Docentes de 3º de Primaria
Sólo 37.2% eran varones.
El 9.8% contaba con otro empleo remunerado, del cual 5.4% era una actividad educativa y el resto (4.4%) de otra clase.
El 28.5% tenía menos de 29 años de edad y 13.9% era mayor de 50 años.
Los más jóvenes y de menor experiencia están en escuelas indígenas, tienen dificultades para acceder a la Carrera Magisterial y se enfrentan a condiciones de trabajo más difíciles.
Docentes de Secundaria
Sólo 61.3% del total de docentes contaba al menos con título de licenciatura.
El 17% cuenta con Carrera Magisterial.
Estudiantes del último grado de educación media superior
El 87.5% dedicaba diariamente de una hasta tres horas a estudiar o a hacer tareas fuera de la escuela.
El 8.6% había reprobado seis o más materias en lo que llevaba del bachillerato.
Docentes de educación media superior
El 79.1% cuenta con título de licenciatura o más.
La proporción más grande de docentes contratados por horas se encuentra en los bachilleratos privados (casi ocho de cada 10 docentes estaban en esta situación).
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